jueves, 16 de agosto de 2012
LITERATURA CASTELLANA EN EL SIGLO XVIII
NEOCLASICISMO
1. CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL
El siglo XVIII empezó con la Guerra de Sucesión, que acabó con los tratados de Utrecht y Rastatt en 1714. Felipe V, de la dinastía borbónica, se proclamó rey de España y trajo consigo una política ilustrada absolutista. Durante el siglo se potenció la industria nacional y el comercio, se favoreció el desarrollo científico, las obras públicas y la enseñanza. Se centralizó y reorganizó la Hacienda Pública, se mejoró el ejército y las comunicaciones y se intentó someter a la Iglesia y la nobleza. También se originó una revolución demográfica y agrícola, pero los grupos populares estaban descontentos por la crisis financiera, los gastos de la corte y las guerras. Se mantuvo la estructura estamental de la sociedad, sin embargo la burguesía alcanzó una posición económica muy destacada, aunque todavía no podía acceder a altos cargos gubernamentales o militares.
En esta etapa la mayoría de la población aún era analfabeta y, además, las universidades no se dejaron influir por las nuevas corrientes científicas, ya que estaban controladas por la Iglesia. No obstante surgió la prensa literaria y el periodismo científico. A su vez se crearon museos, academias y otras instituciones, como por ejemplo, la Real Academia Española, la Biblioteca Nacional, el Museo del Prado y la Real Academia de la Historia. Estos hechos permitieron la difusión de los avances del saber.
La Ilustración
Fue el corriente de pensamiento procuraba “iluminar con la luz de la razón” todos los misterios del mundo, y erradicar la superstición y la ignorancia, tan profundamente arraigadas en la población desde la religión y las costumbres populares. Así pues, también se conoce el siglo XVIII como “El siglo de las luces”. Hubo una tendencia hacia el antropocentrismo, el pragmatismo, el universalismo y el idealismo, entre otros estándares.
Los filósofos ilustrados consideraban la razón la base principal del conocimiento y ponían en duda sistemáticamente todo lo impuesto tradicionalmente. Pretendían potenciar el optimismo sobre la capacidad del ser humano y la confianza en el progreso constante de la humanidad. Querían poner en práctica los descubrimientos científicos y aplicarlos en la sociedad y el gobierno. Pensaban en la educación como el mejor medio de transmisión de la razón. También defendían la idea de que las personas, indiferentemente de la clase social a la que pertenezcan, tienen unos derechos naturales que todos deberían respetar.
Estos fundamentos se propagaron en las reuniones de nobles ilustrados, por la prensa, las sociedades científicas no oficiales y la masonería. Destacaron tres autores: Montesquieu, Rousseau y Voltaire, que redactaron sus teorías sobre la separación de poderes políticos, la democracia y el parlamentarismo.
2. CARACTERISTICAS GENERALES SOBRE LA LITERATURA
En el Neoclasicismo se considera a los escritores griegos y latinos modelos a imitar, por lo que se retorna a la sencillez y la serenidad de los clásicos grecolatinos.
Se da preferencia a la razón y lo verosímil frente a los sentimientos y se imponen reglas, como por ejemplo que los personajes permanezcan inconmovibles y se comporten de la misma manera de principio a fin en una obra. Se rechaza lo imaginativo o fantástico. La norma y el orden se hacen indispensables para la creación literaria, que tiene un marcado carácter crítico, didáctico y moralizador. Los principales recursos son la imitación, la simetría, la frialdad y la rigidez. Se usa un lenguaje culto, limpio, con metáforas y figuras retóricas, siempre y cuando estén ya presentes en la literatura clásica.
3. CARACTERISTICAS DE LA NARRATIVA
Durante la primera mitad del siglo se produce la reacción contra el Barroco y se adoptan ideas del movimiento francés. La producción literaria es escasa y predomina la prosa en forma de crítica y ensayo. El ensayo, que consiste en la defensa de un punto de vista personal y subjetivo sobre un tema, presenta diversas formas (técnica epistolar, autobiografía, libro de viajes) y es el género predilecto para difundir los principios de la ilustración. Destacaremos los siguientes autores de la época y sus obras más importantes:
Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro (1676 - 1764)
Fue el ensayista principal en España. Intentó demostrar la falsedad de las supersticiones y creencias populares por medio de argumentos racionales, que le llevaban al convencimiento de que había que combatir los errores culturales. Rechazó conductas opuestas al progreso intelectual. Admiraba el método científico y muchas veces recurría al sentido común. Era progresista y contribuyó en gran medida a elevar el nivel cultural de la época.
Su estilo es claro, sobrio, simple, sencillo y preciso, ya que es lo más apropiado para hacerse entender, no le importa tanto que sus textos sean bellos.
Sus obras: Teatro crítico universal, donde aborda problemas relacionados con la ciencia y la realidad de su época; y Cartas eruditas y curiosas, que son ciento sesenta y seis ensayos en los que trata de combatir errores admitidos por la mayoría.
José Cadalso y Vázquez de Andrade (1741-1782)
Habló de las costumbres de los españoles y se preocupó por la educación.
Su manera de escribir presenta elementos subjetivos y numerosas narraciones-ejemplo.
Sus obras: Cartas Marruecas, donde toma como pretexto un viaje por España del árabe Gazel para hacer una crítica de las costumbres y defectos nacionales; Noches lúgubres, Los eruditos a la violeta y El buen militar a la violeta.
Gaspar Melchor de Jovellanos (1744 - 1811)
Sus escritos, variados y didácticos, fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía y costumbres, desde el espíritu reformador del Despotismo ilustrado. En ellos denuncia la situación del país y expone los problemas de la sociedad, al igual que propone las reformas necesarias para elevar el nivel material y moral de España. Por consiguiente, en gran parte van dirigidos a los grupos dirigentes. Defendió la educación humanística y el aprendizaje de idiomas.
Su estilo también es sencillo, claro y se anticipa al romanticismo con su subjetivismo.
Sus obras: Informe para el expediente de la Ley Agraria, El castillo de Bellver, El Pelayo, El delincuente honrado.
4. CARACTERISTICAS DE LA LÍRICA
Por considerarse de mal gusto expresar sentimientos, los poetas de este movimiento adoptan dos temas: el bucólico o pastoril, donde se ensalza la naturaleza, y la fábula, con el objetivo de ofrecer al lector consejos y enseñanzas morales puestas en boca de animales. La poesía neoclásica trató temas históricos, costumbristas y satíricos. En la variante denominada Rococó, más lujosa y recargada, dominaron los temas pastoriles que exaltaban el placer y el amor galante. Formas habituales fueron odas, epístolas, elegías, églogas y romances. Se impone el verso alejandrino, de catorce sílabas.
Juan Meléndez Valdés (1754 - 1817)
Aunque no fue original en sus temas, supo dar a sus versos un ritmo alegre y suelto. Destacó con obras de tema amoroso en las que ensalzó la vida bucólica.
Sus obras: Batilo, nombre que utilizó el poeta como seudónimo, es una égloga (poema de tipo amoroso puesto en boca de pastores), Las enamoradas anacreónticas, Los besos de amor, Oda a José Bonaparte y Las bodas de Camacho el rico.
Félix María Samaniego (1745 - 1801)
Samaniego ridiculiza los defectos humanos en sus fábulas, imitando a los grandes fabulistas Fedro, Esopo y La Fontaine. Aunque las fábulas de Samaniego están escritas en verso, su carácter es prosaico, dados los asuntos que trata y su finalidad didáctica.
Sus obras: Fábulas morales, 157 fábulas distribuidas en 9 libros; La paloma, Congreso de ratones, La cigarra y la hormiga, El perro y el cocodrilo y El jardín de Venus.
Tomás de Iriarte (1750 - 1791)
Este poeta utilizó sus fábulas para dictar normas que logren un buen estilo literario. Además, en el ámbito del teatro, fue el primer dramaturgo que consiguió dar con una fórmula que uniese las exigencias de los tratadistas con los gustos del público.
Sus obras: Hacer que hacemos, La librería, El señorito mimado, La señorita malcriada, Guzmán el Bueno.
5. CARACTERISTICAS DEL TEATRO
Fue visto como otro medio para educar y se rige por la regla de origen aristotélico de las tres unidades: unidad de tiempo (veinticuatro horas), unidad de acción (una solamente) y unidad de espacio (un único lugar). Se pretendía evitar la distracción del espectador. En el teatro neoclásico se acostumbra a mezclar lo trágico y lo cómico.
Leandro Fernández de Moratín (1760 - 1828)
Toda su obra teatral esta realizada siguiendo las normas neoclásicas, cosa que convirtió al autor en uno de los mejores y escasos dramaturgos del siglo XVIII. Uno de los temas más tratados por él son los matrimonios por conveniencia.
Sus obras: El sí de las niñas, con la que hace una dura crítica al abuso de autoridad por parte de los padres de algunas familias, que obligan a sus hijas a casarse sin tener en cuenta sus sentimientos. Está escrita por la regla de las tres unidades y sobresale la magnífica caracterización de los personajes. También escribió La comedia nueva, donde se burla de los poetas incultos e ignorantes que se atreven a escribir obras dramáticas; El viejo y la niña, en la que condena la desigualdad de edad de los cónyuges; La mojigata, en la que divaga sobre la hipocresía y la falsa piedad; y El barón.
Ramón de la Cruz Cano y Olmedilla (1737 - 1794)
Comenzó escribiendo tragedias de corte neoclásico, rechazando el teatro "desarreglado" que prefería la gente. Sin embargo, sus necesidades económicas le hicieron acercarse a géneros menos ilustrados pero más aclamados por el público y los actores. Así pues empezó a escribir zarzuelas de temática española y, a la vez, sainetes, obras basadas en un diálogo cómico entre personajes de condición humilde. De estos últimos escribió más de cuatrocientos, generalmente en versos octosílabos, y algunos en endecasílabos.
Sus obras: La pradera de San Isidro; Marta abandonada; El Prado por la tarde; El Rastro por la mañana; Las tertulias de Madrid; Las majas vengativas; El tutor enamorado; Las segadoras de Vallecas; Las foncarraleras; Manolo, sátira del teatro heroico que escribían otros autores neoclásicos.
Nota: aunque los autores aparecen clasificados en narrativa, lírica o dramática, según el campo en el que más destacaron, hay que mencionar que la mayoría de ellos cultivó los tres géneros en mayor o menor medida.
6. CONCLUSIÓN
La literatura española del siglo XVIII, a grandes rasgos, se rige por una serie de pautas que imitan a la cultura grecorromana, se esquiva cualquier muestra de comportamiento insólito y se utiliza como recurso didáctico a gran escala.
En este siglo se dieron grandes descubrimientos científicos y se avanzó notablemente en filosofía y doctrinas morales, ratificando pues los ideales de la Ilustración. Fueron en gran parte el detonante de las posteriores revoluciones sociales que comportaron el final del Antiguo Régimen.
En la literatura esto se ve reflejado en las numerosas críticas y sátiras de los valores y costumbres populares, en el laicismo, en el cuestionamiento del poder de las monarquías absolutas y en el reclamo de participación del pueblo en la política.
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